Luis Vicente Cabrera Lobato nació el 17 de julio de 1876 en Zacatlán, Puebla y murió el 12 de abril de 1954, en la Ciudad de México. Periodista, declarado abiertamente antirreleccionista, firmaba sus ensayos políticos con el pseudónimo de Lic. Blas Urrea y Lucas Ribera.
Realizó sus estudios de abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, misma que dirigió interinamente del 20 de abril de 1912 al 30 de enero de 1913.
Sus inquietudes políticas lo llevaron a ser uno de los fundadores del Partido Antirreeleccionista, que postuló a Francisco I. Madero como candidato a la Presidencia de la República. Es importante recordar que don Luis era sobrino del destacado periodista Daniel Cabrera, director de El hijo del Ahuizote, publicación que férreamente se opuso a la tiranía de Porfirio Díaz. En este medio de comunicación también contribuyeron intelectuales como Alfonso Cravioto y Ricardo Flores Magón.
Antes de la Revolución se dedicó al litigio en varios despachos hasta que logró fundar su propio bufete. Según la historiadora Eugenia Meyer, Cabrera en su juventud gustaba de escribir poesía y se dedicó a las reseñas teatrales y de las corridas de toros. En esos tiempos, él utilizaba el pseudónimo “ZIP” para difundir sus reseñas en el periódico El noticioso.
En 1912, Luis Cabrera fue electo diputado federal de la XXVI Legislatura, en la cual presentó su proyecto de ley agraria titulado “La reconstitución de los ejidos de los pueblos como medio de suprimir la esclavitud del jornalero mexicano”, cuyo contenido influyó años más tarde en la legislación mexicana.
Durante la etapa de la Revolución constitucionalista, Venustiano Carranza nombró a Luis Cabrera como agente confidencial en los Estados Unidos de América, y posteriormente se le designó secretario de Hacienda. Carranza también comisionó a Cabrera para lograr que Emiliano Zapata se uniera a los constitucionalistas, pero no se logró este objetivo; sin embargo, el “Caudillo del Sur” aceptó que su grupo participara en la Convención de Aguascalientes.
Además, en 1915 Cabrera creó la Ley Agraria que Carranza decretó el 6 de enero de dicho año, en la que se estableció la restitución y dotación de tierras a los pueblos, y se previó expropiaciones para tal fin; se anularon las enajenaciones, las concesiones y las ventas de aguas, tierras y montes, así como los apeos y deslindes que hicieron gobiernos anteriores violando las leyes. Asimismo, esta ley previó la creación de una Comisión Nacional Agraria y comisiones locales en cada estado de la República.
El jurista Emilio O. Rabasa señaló acertadamente que las ideas de Luis Cabrera sobre la legislación agraria fueron parte del texto de la Constitución de 1917, porque precisamente en el artículo 27 del documento supremo se estableció: “En consecuencia, todas las tierras, bosques y aguas de que hayan sido privadas las corporaciones referidas, serán restituidas a éstas con arreglo al Decreto de 6 de enero de 1915, que continuará en vigor como ley constitucional”.
Entre las obras escritas de Luis Cabrera sobresalen El balance de la Revolución, La herencia de Carranza y La misión constitucional del procurador general de la República. Cabrera ejerció el periodismo gran parte de su vida, y utilizó los seudónimos “Blas Urrea” y “Lucas Ribera”.
Después de la Revolución, Cabrera se convirtió en opositor de los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Durante el Maximato, el presidente Pascual Ortiz Rubio desterró de nuestro país al abogado por criticar el rumbo que habían tomado los gobernantes de México, porque violaban los principios de la Revolución mexicana. En 1945, el Partido Acción Nacional (PAN) lo postuló como candidato a la Presidencia de la República, pero en febrero de 1946 Cabrera declinó a la candidatura.
En 1953, Luis Cabrera formó parte del primer Patronato del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), conjuntamente con otros participantes prominentes del proceso revolucionario, como Antonio Díaz Soto y Gama, Jesús Romero Flores y Diego Arenas Guzmán.
Fuentes: Gobierno de México y Luis Cabrera en la historia de México. Por Adriana Berrueco García. Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM.