El 19 de junio de 1867, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo, fue fusilado en el Cerro de las Campanas, Querétaro, al lado de los Generales conservadores Miguel Miramón y Tomás MejÃa, lo que marcó el fin del Segundo Imperio Mexicano.
Este hecho derivó del conflicto entre imperialistas y republicanos; después de que Maximiliano se enemistara con los conservadores en México y de que Napoleón III retirara sus tropas del territorio del paÃs.
A pesar de que el emperador austriaco pudo abandonar el paÃs, tomó la decisión de quedarse y se dirigió a Querétaro con sus hombres leales para resguardarse de las tropas liberales, que lo siguieron y sitiaron por dos meses.
El General Mariano Escobedo, Comandante del Ejército del Norte, durante el sitio de la plaza, tomó por sorpresa el fuerte de la Cruz, último reducto conservador y persiguió al Emperador Maximiliano y sus Generales hasta el Cerro de las Campanas en donde logro su rendición.
Maximiliano y sus Generales fueron hechos prisioneros y sometidos a un Consejo de Guerra efectuado en el Gran Teatro de Iturbide, donde fueron sentenciados a la pena de muerte, por la ley del 25 de enero de 1862, acción realizada el 19 de junio de 1867.
Su fusilamiento provocó controversias en el ámbito nacional e internacional. Muchas personas pidieron el indulto para los acusados, sin embargo, no tuvieron peso a favor durante el juicio, ya que la ejecución se convirtió en un acto simbólico a nivel mundial sobre el respeto a la soberanÃa y la afirmación del nacionalismo mexicano.
La relevancia histórica de este acontecimiento es la culminación del Segundo Imperio Mexicano y el restablecimiento de la República, después de cinco años de ocupación francesa en territorio mexicano, logrando la restauración de la soberanÃa nacional y el triunfo mexicano frente a las tropas imperialistas, asà como poner fin a la lucha interna causada por
Fuente: Gobierno de México.