Pintura del Viernes de Dolores en el Hotel Museo Posada Santa Fe

Jubilosa mañana: sonriente inicio primaveral, tal es el amanecer del Viernes de Dolores en el Jardín de la Unión: es candelera de colorines en los puestos de flores y arrullo místico en las almas que escuchan las minuciosas notas del “Stabat Mater” de Rossini. Todo esto explica la notable afluencia de turistas.

Hotel Museo Posada Santa Fe

La Posada Santa Fe surge en 1862 como respuesta de la demanda de una opulenta ciudad minera que recibe visitantes de todas partes del mundo. Es testigo del segundo Imperio, de la Restauración de la República, de la “Belle Epoque” porfiriana y de la Revolución: lugar de reunión de mineros e intelectuales, de estudiantes y artistas; de propios y extraños. En ella tuvo sede entre 1864 y 1867 el Consulado de Prusia. Desde 1951, la familia Herrera Marmolejo la dota de una importante colección de pinturas y antigüedades.

El Museo-Hotel Posada Santa Fe te invita a descubrir el mágico encanto de las leyendas e historia de Guanajuato. Ubicado en pleno centro, encontrará un ambiente único que lo hará trasladarse al viejo mundo virreinal pleno de tradiciones.

“Por Decreto Oficial la ciudad de Guanajuato” fue declarada en 1973 Monumento Histórico Nacional. Su enorme riqueza la hizo famosa en la segunda mitad del siglo XVIII. Viejo y legendario centro minero, Guanajuato es vivo ejemplo de la riqueza de un pasado glorioso, testigo mudo de la Historia de un pueblo que forjó ahí su Independencia.

Tradición y cultura enmarcadas por la belleza y el encanto de sus callejones, fuentes y plazoletas, tranquilos rincones que aguardan pletóricos de historias y leyendas.

El sabor y la nobleza de la antigua y colonial ciudad, encierra un sinnúmero de atractivos y agradables sorpresas al visitante, como las tradicionales callejoneadas con la Estudiantina o anualmente la celebración del famoso Festival Internacional Cervantino.”

El Museo-Hotel Posada Santa Fe posee una de las más importantes colecciones de pintura de Manuel Leal Guerrero: tratase de una serie de óleos relacionados con la historia y las costumbres de Guanajuato y sus personajes notables, que revelan no sólo el amor de su autor sino el vasto dominio de escenografía, vestuario, fisonomías y situaciones.

Manuel Leal

La pintura de Manuel Leal no fue académica ni perfeccionista; su valor reside en el carácter documental que posee folklórico, tradicional y legendario.

Manuel Leal se autorretrató en varias de sus obras, como en la que representa la hermosa y tradicional Fiesta de las Flores del Viernes de Dolores, la más típica de Guanajuato, en que aparecen las vendedoras precisamente frente a la Posada Santa Fe, donde aún hoy se celebra este festival multicolor con las mismas características que revestía en 1862, año de la fundación de la Posada.

De la misma forma que el pintor se autorretrató también incluyó en sus obras a numerosos personajes que en diversas épocas destacaron dentro de la vida política, social e intelectual de Guanajuato, entre ellos: los gobernadores Aguilar y Maya y Torres Landa, al Lic. Armando Olivares Carrillo, primer Rector de la Universidad, al escultor don Rodolfo González Villarreal, el gobernador porfiriano don Joaquín Obregón González, el historiador don Antonio Pompa y Pompa dialogando con el Conde de Valenciana y con el Marqués de Rayas, y miembros de viejas familias: Ibargüengoitia, Chico, Liceaga, Villaseñor, Herrera Marmolejo, etc., pueden identificarse en la concurrencia a los actos que constituyen el objeto central de su pintura, dotándola así de una auténtica ambientación guanajuatense.

¿Quién fue Manuel Leal Guerrero?

Manuel Leal Guerrero fue un notable pintor costumbrista, escritor fecundo, historiador, novelista y cronista apasionado de su natal Guanajuato. De espíritu bohemio –no obstante descender de una familia guanajuatense en la que predominaron los intelectuales-, pasó su infancia en el opulento Guanajuato de la Belle Epoque, que él habría de plasmar con maestría en su obra pictórica y literaria.

Siendo adolescente se enlistó como voluntario en la Primera Guerra Mundial; de 1917 a 1920 trabajó como publicista en San Luis Missouri, y posteriormente profundizó sus conocimientos en la Historia del Arte, cátedra que impartió durante más de cuarenta años en la universidad de Guanajuato, de la que fue Maestro Decano, habiendo ampliado su dominio del tema en diversos viajes por Europa.

Como escritor cultivó la novela, el cuento y el teatro, y realizó además con un buen éxito diversos estudios históricos, habiendo sido durante varias décadas, personaje necesario en el ambiente cultural guanajuatense. En su obra literaria campean una desenvuelta galanura, un entrañable amor por la cultura hispánica y un desmedido cariño por las cosas del terruño, que hicieron a don Fulgencio Vargas definirlo “El Duendecillo de Santa Fe”. Algunas de sus obras son: “Añoranzas y Panoramas Guanajuatenses”, “El Conde de Valencia”, “Nuestra Señora de Guanajuato”, y “Guanajuato en sus más Bellos Paisajes”, habiendo dejado inéditas las novelas “Una Verónica al Tiempo”, “Croniquillas de Guanajuato” y una voluminosa Historia del Arte, que utilizó como texto en su cátedra.

En las artes plásticas realizó numerosos óleos de caballete, acuarelas y murales -a los doce años había realizado su primera acuarela bajo la dirección de su padre, el magistrado Don Alberto Leal y Mendirichaga, quien, en pintura, había sido discípulo del académico Don Luis Monroy, que al sazón impartía clases en el Colegio del Estado-.

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