Lauro Aguirre nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas en 1882 y murió en la Ciudad de México el 4 de junio de 1928. Reconocido educador tamaulipeco e impulsor de la enseñanza normalista, rural.
Hijo de Juana Espinosa y Juan Aguirre Yépez, Lauro nació el 23 de mayo de 1882 en una cabaña cercana al río San Marcos, en Tamaulipas, en la población de Villa de Santa María, posteriormente nombrada Ciudad Victoria. De familia humilde, junto con su hermano quedó desde niño al cuidado de su tía Rosa Aguirre viuda de Esparza, quien lo inscribió a la Escuela Real No. 1, donde realizó sus estudios primarios. De gran inteligencia, tuvo como profesores al poeta Juan B. Tijerina y Epigmenio García Picaso, destacados maestros y liberales de su tiempo que supieron inspirar en él amor por el conocimiento y la enseñanza.
Alumno eminente, Aguirre Espinosa fue becado por el gobierno de estado natal para estudiar en la Escuela Normal de México, trasladándose para ello a la capital del país, la Ciudad de México. En 1904 se tituló como Profesor de Primaria y Profesor de la Escuela Normal Superior, regresando a Tamaulipas para ejercer su profesión. Fue director de la Escuela Anexa a la Normal tamaulipeca; inspector escolar, y catedrático de lengua nacional, metodología y organización escolar, higiene escolar y psicología, entre más, en el Colegio de Tamaulipas y la Escuela Normal y Preparatoria de Tamaulipas.
Organizó un congreso de Educación
Durante este periodo se destacó por mostrar su interés por reformar la educación de acuerdo con ideas y métodos de la enseñanza adquiridos en sus estudios normalistas, e ingresó a la planta de maestros del instituto literario de la misma ciudad, donde impartió con sentido y categoría diversas disciplinas y materias básicas profesionales.
En la celebración del centenario de la independencia fue nombrado comisionado especial del gobierno estatal para organizar un congreso de Educación, siendo sus temarios, intervenciones y soluciones de suma importancia; entre sus propuestas destacan: la coeducación, una mayor participación del Estado en la Educación, la enseñanza agrícola, la formación pedagógica y normas para los jardines de niños.
En 1917 en Ciudad Victoria estableció la Escuela de la Fronda, la primera experiencia escolar al aire libre establecida en el país. Plantel en el que incorporó la Educación Física en los programas de estudio y se aprendía y enseñaba a través del conocimiento directo de la naturaleza mediante la enseñanza agrícola.
Enseñar a leer y escribir, alfabetizar
Al iniciarse la década de 1920 Aguirre Espinosa fue nombrado director del Departamento de Enseñanza Primaria de la Secretaría de Educación Pública, de donde pasó a ser director de la Escuela Normal de Maestros entre 1923 y 1924. Gracias a esta nueva posición pudo impulsar el gran proyecto educativo de la revolución: enseñar a leer y escribir, alfabetizar.
Al año siguiente, bajo sus auspicios, se creó la Escuela Normal de Maestros, la cual fusionó a las tres normales entonces existentes en la ciudad de México: la de verano, la de señoritas y la nocturna.
En esta nueva institución educativa, fue director y ejerció la docencia, además se hizo cargo de la jefatura de prácticas en las Escuelas Normales Diurnas.
En 1926 fue nombrado delegado de la Secretaría de Educación Pública (SEP); puesto desde el que reorganizó técnicamente los anexos del jardín de niños y de las escuelas primarias, suprimió a los directores de los departamentos y reorganizó administrativamente los anexos.
Asimismo, estableció en todas las escuelas del país la cooperativa estudiantil, acción social mediante el costurero para mujeres pobres y de la Universidad Popular, y creó cursos de primaria atendidos por practicantes y algunos otros especiales para alumnos irregulares.
Además introdujo la carrera de visitadoras del hogar, materias que desarrollaran las habilidades prácticas y publicó numerosos artículos en folletos y revistas, en los que propuso ideas pedagógicas renovadoras.
El 4 de junio de 1928 murió en la Ciudad de México Lauro Aguirre Espinosa.
Fuentes: Gobierno de México, CNDH, El Siglo de Durango.